Mi Vida Ecuestre

By Hugo Dan

Published on Oct 27, 2021

Gay

Debes tener al menos 18 años para leerlo, este es un trabajo de ficción, todo en esta historia proviene de mi imaginación, espero te guste, me encantaría saber tú opinión.

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Mi vida ecuestre

Capítulo 10

"Lo siento", dijo Edward. Al principio no entendí por qué, no lo culpaba de nada, al contrario, de entre toda la gente con la que me había topado hasta entonces, él había sido el único en tratarme tan solo un poquito como persona. Caminamos por el pasillo y bajamos las escaleras de la mansión y me guió hasta el establo, "El señor Pierce me dió la orden de mezclarte con el grupo élite, yo decidí hacerlo hasta mañana… descansa", y cerró la puerta del establo. 

La experiencia con el señor Pierce había sido distinta a la vivida con Jorge. Con el capataz siempre tuve mis reservas, su actitud era soberbia, y su violacion hacia mi fue una tortura que no esperaba, me  había sentido usado de la peor manera. Pero el señor Pierce me acogió en su estudio, trató de hacerme sentir cómodo y aceptado dentro de su círculo más íntimo,  y después me usó como su propiedad, el hombre era imponente, se notaba manejaba el lugar  y quizás en el fondo así me sentía, como una posesión más.

Por otra parte, continuaba el sentimiento de frustración por no haber ganado la carrera. Giré en el heno tratando de dormir, ¡Diablos! ¿Por qué mi verga sigue dura? Debía ser por la adrenalina de la competencia, recordé los gritos de la gente, sus aplausos al ganar esas primeras carreras, no pude evitar sonreír, por lo menos tendría esa satisfacción.

La disculpa de Edward mi cuidador la entendí hasta el día siguiente. Temprano por la mañana me llevaron a la misma construcción donde me acicalaban y aplicaban enemas, sentí alivio no porque fuera placentero, sino porque estuve seguro que cualquier rastro del semen del señor Pierce se fue por el drenaje. Después vino una revisión médica, ya no como la que tuve al llegar al lugar.

"El pony está en muy buena condición", dijo el médico mientras yo permanecía de pie con mis piernas separadas y mis manos detrás de mí espalda, "Ya solo le administro las inyecciones, y es todo". Abrí mis ojos, me puse un poco inquieto, no le tengo miedo a las jeringas, pero ¿Qué era lo que me iba a meter?

"Ehm… doctor…", interrumpió Edward, "¿No habrá inconveniente con la aplicación de la inyección en los genitales?...El pony tomó viagra para sementales anoche, podrá notar todavía la semi erección".

¡Bastardo! Pensé, por eso había traído la verga dura toda la noche, el desgraciado me dió viagra en el trago. Recordé cómo el señor Pierce me violó la noche anterior, su pene también estaba como piedra, incluso después de cogerme y dejarme atado al potro. El hombre caminó al frente  y me mostró su verga todavía dura cubierta en su propia leche, "Aprende como se limpia la herramienta de tu amo después de usarla…", luego Felipe, su esclavo, se hincó frente a él y chupó el pene hasta dejarlo limpio, entonces el señor Pierce ordenó a Felipe ponerse en cuatro sobre el sofá, éste lo hizo sin cuestionar y el hombre se lo follo inmediatamente. El chico gemía mientras le daban fuerte por el culo, Felipe se quejaba como cachorro, leves y agudos lloriqueos como perrito en busca de atención.

El médico tomó mi paquete en su mano y lo palpó, aunque no lo tenía erecto estaba hinchado más de lo habitual, "Ya decía yo que estaba muy bien dotado, pero no hay inconveniente, la inyección es para incrementar su virilidad, que ayudará a ganar mayor músculo". Entonces recibí tres inyecciones, una en mi hombro, otra en mi nalga y la última en el tronco de mi pene la cual dolió más que todas, "Quizás pueda padecer un doloroso priapismo por un día o dos, pero estará bien".

Al salir del consultorio esperaba un esclavo doméstico con un tazón de comida, lo fui comiendo de camino a la que sería el área para el grupo élite de ponys. Justo detrás de la mansión había un jardín con flores, césped y una fuente o eso parecía ya que no tenía ninguna estructura al centro que arrojará agua, el jardín daba a una cerca con las letras "J" y "P" al centro, por "Jasper Pierce". Dentro había un área arbolada muy bien cuidada, con un circuito de caminata  y un estanque, a un lado un área abierta pero techada con todo lo necesario para que los ponys pudieran ejercitarse, lleno de aparatos y pesas de todos tamaños, con un área de descanso y unas regaderas expuestas en un piso empedrado que hacían que el agua que caía corriera en un riachuelo hacia el estanque, ¡era un paraíso!

"¡Ponys!", gritó Edward con voz grave y comandante, "Aquí está su nuevo compañero, se llama Champ, y a partir de hoy será parte del equipo élite del señor Pierce…", en seguida hubo silencio, todos dejaron de hacer lo que estaban haciendo. Identifiqué primero a los gemelos, que ejercitaban bicep cargando cada quien una barra, a su lado uno de piel oscura  jalaba una barra unida a un cable donde hacía espalda. Del otro lado, de una hamaca se levantó uno de piel bronceada el cual había quedado en segundo lugar en la última carrera, y después de él, dos que habían estado duchandose caminaron escurriendo de agua. Estaba tan atento a mis nuevos compañeros que no me percate cuando Edward se esfumó del lugar, y ya estando solo con todos los ponys de pronto los tuve alrededor mío, su semblante era serio, casi hostil, sentí que podría estar en problemas, y entonces… uno de ellos me jaló hacia él.

"¡Bienvenido!", dijo animoso, "Yo soy Bali", dijo el de piel bronceada y cabello castaño. Después de él, los gemelos me abrazaron, cada uno de un lado, sentí sus cálidos miembros pegarse a mis muslos, "Yo soy Phobos", "Y yo Deimos", aunque era difícil reconocer quien era quien por lo idénticos que eran. Después un brazo con la piel oscura me rodeó desde detrás  jalandome hacia su firme cuerpo, "Bienvenido al grupo Champ,  yo soy Cobalto". Luego Maya, un pony moreno me dio la bienvenida y por último Osiris, un hombre de piel pálida que se notaba velludo por los visibles puntos en todo su pecho y abdomen me abrazó sintiendo el cosquilleo de su vello a medio crecer. Respiré hondo, sintiendo alivio y cuando todos se dispersaron recordé faltaba uno, Llamarada, el pelirrojo que llegó caminado de forma calmada casi cadenciosa, mordió una manzana al pasar a un lado mío e inclinando su cabeza a modo de saludo me dio la bienvenida muy a su modo.

Los gemelos fueron los que me dieron el recorrido del lugar, no podía creer las comodidades que teníamos, siendo ganado claro está, ya que no contábamos con ningún aparato electrónico u otra comodidad moderna. "Debes hacer ejercicio a diario", dijo uno, "para estar en forma para las carreras", dijo el otro. "Te conviene estar entre los primeros lugares", se miraron uno al otro complicemente, "Para mantener tu lugar aquí".

"¿Qué pasaría si no gano? ¿Si pierdo mi lugar?".

"No lo sabemos… nunca nadie ha sido tan tonto". "Ya que conoces el lugar, eres libre de hacer lo que te dé la gana", "Eeeh… ¿Quizás quieres ocuparte de eso?", dijo uno apuntando hacia abajo, entonces miré y mi pene estaba tieso, erecto como mástil con una pronunciada curvatura.

"¡Oh! Ehm… no… no es necesario… en este momento…", sabía por lo que había escuchado del médico que así tendría mi pene por un buen rato.

"Bien", comentó uno, "Se quiere esperar a la noche…", dijo el otro, y entonces se dieron la vuelta para ir al área de pesas.

Recorrí el lugar caminando calmadamente, sentí la necesidad de tomarme el día, nadie estaba supervisando y estando en tan buena forma como estaba no creí malo empezar a entrenar hasta el día siguiente. Caminé por el sendero alrededor del lugar, de pronto Bali y Osiris me pasaron mientras trotaban, después me senté en el estanque a relajarme.

Así pasó el día, después unos esclavos llevaron unas canastas con fruta que podíamos agarrar libremente para después llevar la comida, platones con nuestras porciones de proteína y alimento necesario para nutrirnos.

Cuando empezó a oscurecer vi como algunos dejaron sus actividades, "Vamos", me dijo Osiris, el velludo, "Puedes ducharte antes de ir al establo a dormir, sino sigue a los demás", entonces vi como algunos caminaron en una sola dirección, yo seguí a Osiris a las regaderas donde Bali el bronceado y Cobalto el negro terminaban su baño. Después caminamos hacia el establo, el cual era totalmente diferente a lo que había conocido, era una estructura de madera hexagonal, todas las paredes tenían ventanas grandes abiertas y un techo piramidal que daba más aspecto como de kiosko grande. Luego al dar un paso dentro, me percaté que no era heno lo que cubría el suelo sino una enorme colchoneta que cubría todo el suelo y un montón de cojines. Entonces todos comenzaron a echarse al suelo, los cuerpos desnudos se acomodaban en todas direcciones, uno al lado del otro, entonces pensé que no era un establo, más bien era un harem.

Cuando estuve tirado en el cómodo suelo tomé un cojín y lo puse debajo de mi cabeza para descansar, respiré hondo y agradecí el cambio de suerte que había tenido. Y por un momento me arriesgué a pensar ¿Que podría tener de malo?

Entre la penumbra que ya cubría el establo, lograba ver siluetas todavía, la noche era iluminada por una luna brillante que alumbraba algunos rincones, pude observar la silueta de mi verga dura, entonces escuché un sonido. El ruido característico de labios, me di cuenta que entre la oscuridad los cuerpos comenzaban a entrelazarse, distinguí dos hombres besándose, uno sobre otro acariciándose mientras unían sus labios. En seguida una mano se posó en mi abdomen, me retraje y me negué, "Anda, únete al grupo", dijo la voz, cuando de repente sentí otra presencia del otro lado rozando mi pecho, "¡No! ¡No!", grité, los dos hombres me tomaron de los brazos deteniéndome, mientras sentí otras dos manos subiendo por mis piernas, "¡Por favor! ¡No!", supliqué, pensé no podría soportar al grupo de ponys violándome también, no lo soportaría, tensé mi cuerpo y pedí clemencia dándome por vencido "No… no lo hagan fuerte… por favor…", mi voz se tornó temblorosa por el miedo a lo inevitable, "Todavía estoy sensible de anoche con el señor Pierce…", dije si es que de algo servía.

"¿Como?", "Oh no", "No podemos cogerte Champ…", dijeron lo cual me intrigó, más no me calmó, "Estas sobre nosotros…".

"¿Qué?", ¿Qué quería decir eso?

"Si… quedaste en tercero esta semana… nadie puede follarte más que Bali".

"Bueno… y Llamarada… si no se sintiera mejor que nosotros por ser un semental, él nunca quiere 'jugar' con nosotros".

"Y como él siempre llega primero, nadie ha reclamado su culo".

"Nadie de nosotros", dijo y rió brevemente.

"¿Que quieren decir? ¿Cogen dependiendo del lugar en que llegan?"

"Si, es nuestra diversión, nuestra dinámica para descargarnos, la regla es únicamente dar por el culo a quien haya quedado debajo de ti en la carrera", entonces solté el aire que llevaba aguantando, y mis músculos se destensaron, "Relájate Champ", dijo el que había recorrido mis piernas con sus manos hasta llegar a mi verga erecta. La sobo un instante, jugando un poco con la piel para después sentir una calidez cubriendo mi glande, se me fue un instante la respiración y mis ojos se fueron para atrás, la boca de alguno de ellos comenzó a mamarme, mientras los otros dos a mi lado acariciaban mi torso y abdomen. Estaba perdiéndome en la sensación, disfrutando del placer que mis nuevos compañeros me estaban dando, cuando creí que no podría sentirme mejor, de pronto la boca de uno de ellos buscó mi pecho, lo eleve arqueando levemente mi espalda para después sentir al otro lamer mi hombro hasta llegar a mi cuello.

Entonces tenia a uno mordisqueando mi pezón mientras otro engullía mi pene y el tercero lamía mi cuello. Cuando sentí que casi llegaba al clímax, Maya, que era el que chupaba mi pene, se detuvo. Supe se había girado y puesto en cuatro porque enseguida pidió le metiera mi verga en el culo y los otros dos me ayudaron a levantarme poniéndome de rodillas, Maya reclinó su pecho al suelo y estirando sus brazos hacia atrás separó sus nalgas, Osiris y Cobalto que eran los hombres a mis costados no paraban de acariciar mi cuerpo, sentí entonces la mano de uno de ellos agarrar mi pene y guiarlo al culo de su compañero, no tuve que hacer mayor esfuerzo que empujar con mi cadera, sentí la presión del culo ceder casi al instante, ¡wow! Debía estar bien acostumbrado a recibir. Mi verga dura fue adentrándose en la cálida caverna y yo comencé a bombear. 

Como el efecto de la droga que me dio el señor Pierce y la inyección del médico seguían en mi cuerpo me corrí pero continué en erección. Maya, que mientras lo cogía le mamaba el rabo a Cobalto se hizo a un lado para dejarle el lugar a Osiris que dándome el culo en cuatro volteó a agarrar mi verga y metersela. Gimió y se empujó el sólo para recibirme por completo, sentí sus nalgas chocar en mi pelvis y agarrándolo de su cintura empecé a bombearlo también. Momentos después sentí a alguien más a mi lado, su mano se posó en mi espalda baja y nos movíamos al unísono, era Bali que follaba a uno de los gemelos. El muchacho gemía más fuerte mientras se aferraba a su hermano que estaba enfrente de él dándole su apoyo.

"¡Vamos Champ!", dijo Bali, "Demuestra de lo que está hecho un Pony de carreras… únete a nosotros", dicho eso, su mano se deslizó a mi trasero apretando una nalga. Por instinto estiré mi mano para retirar la suya, debe haber sentido mi renuencia porque se detuvo dándole un respiro al gemelo. Sin detenerme de bombear el culo de Osiris, Bali se dirigió a mí acercando su cara a la mía, "Champ… acéptalo, ya eres parte de nosotros".

"Si… pero yo no soy maricon", dije tajantemente, con la ironía de tener a un hombre en cuatro patas recibiendo mi verga.

"No tienes que serlo, muchos no lo somos, es hermandad Champ, un grupo selecto donde todos cuidamos de todos,  se parte del grupo Champ…"

"Si Champ, únete", "Eres uno de nosotros", "Champ eres parte de nosotros", "Anda Champ", "Vamos", "Anímate", fue mucha la insistencia y en el fondo quería ser parte de ellos, todos eran excelentes corredores, me habían aceptado desde el inicio, y era probable que tendría que vivir ahí por mucho tiempo.

Entonces aun con dudas asentí, "está bien, lo intentaré".

"¡Eso! ¡Si Champ!", los ponys vitorearon animados. Quise hacerme a un lado pero Bali no me dejó.

"Termina con Osiris", dijo y seguí dándole en el culo mientras Bali se puso detrás de mí, entonces empujó mi espalda para posarme sobre Osiris, luego sintiendo sus manos en mis nalgas, las separó para meter su cara en mi raja y después empezar a lamer mi ano.

Movía mi cadera mientras sentía su lengua juguetear en la entrada a mi culo, minutos más y terminé dentro de Osiris. Luego el hombre se quitó para que me apoyara en el suelo. Descansé en rodillas y codos, Bali me preparaba y los demás gemían haciendo de las suyas con alguien más. En seguida, Bali se restregó sobre mi, y me estremecí con su aliento en mi nuca, "Tendré cuidado", dijo, entonces su mano tomó su pene duro y lo coloco en mi entrada, "Respira hondo… y empuja… relaja el culo…", apreté los dientes, y aguanté, estaba debajo de Bali literalmente y en el orden de la carrera, solo sería él, esa vez no me estaban forzando y la experiencia fue muy distinta, fue… agradable…

Bali empujó y relajé el ano, su cabeza entró y sentí dolor pero él se detuvo y permaneció así para que me acostumbrara. Sus manos se apoyaban en el suelo con sus brazos a mi costado,  entonces siguió metiendo lentamente deteniéndose varias veces hasta que sentí su cuerpo topando con mis nalgas. Bali se movió lenta y cadenciosamente, deje de apretar los dientes para comenzar a gemir. Después de meter y sacar y gemir ante el movimiento circular de cadera de Bali, este terminó dentro de mí y esperó a que su verga se deslizó fuera. "No fue tan malo, ¿verdad?".

No quise contestar, pero entre la oscuridad estoy seguro asentí con la cabeza concurriendo. Mi pene seguía duro tal como diagnosticó el médico y no estoy seguro si estaba influido por la droga pero quería más.

Acabé exhausto, y a diferencia de los días que acabe muerto de cansancio ese fue un cansancio que dió gusto. Desperté la mañana siguiente con la luz del sol, nadie fue a levantarme para entrenar, quise estirarme pero algo obstruía mi movimiento, miré a un lado y tenía a un gemelo descansando sobre mi pecho, miré al lado contrario y el otro gemelo estaba rodeado por mi brazo, casi al instante los dos fueron despertando, "¡Vaya noche Champ!", dijo uno, el otro acarició mi abdomen y apretó mi paquete que ya había cedido. 

"¡Oh! Que bien, ya pasó el efecto", agradecí. 

"Me sorprendería si no, nos follaste a todos", dijo refiriéndose a los cinco debajo de mí,  "...A mi dos veces..." dijo uno de los gemelos el cual descansaba su cara en mi pecho.

Tomé mi tiempo para levantarme e ir a desayunar. Quizás no iba a ser tan malo ser un pony de carreras.

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